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Los mayos somos nosotros
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Los mayos somos nosotros

No han sido pocas las quejas que ha generado la noche de los mayos, especialmente lo relacionado con el concierto y la fiesta en el antiguo parque de tráfico

Por Antonio García Martínez

Con el paso de los años estoy empezando a vivir la fiesta de los mayos de una forma muy distinta. Ya desde hace tiempo me he aficionado a salir con la charanga los domingos por la mañana, y poco queda para que llegue un año en el que acabe el pasacalles y quiera irme a dormir porque el domingo querré ir a darlo todo bailando y saltando por el pueblo. Aunque espero que esta responsable vejez llegue dentro de mucho jejeje.

No obstante es imposible no ser críticos si queremos que nuestras fiestas nos duren muchos años más… y el caso de los mayos no puede ser una excepción.

No han sido pocas las quejas que ha generado la noche de los mayos, especialmente lo relacionado con el concierto y la fiesta en el antiguo parque de tráfico.

Hasta a mí me han llegado comentarios de situaciones tensas por parte de los guardias del concierto, el vallado enorme que solo dejaba una entrada y salida, un cacheo sistemático y excesivo para entrar al recinto; y para rematar la prohibición de entrar al recinto con bebida y comida desde el exterior, lo que me parece una gilipollez, dado que si ese día se acepta que la gente pueda beber lo que quiera en el pasacalles… ¿Por qué no puede hacerlo también en el concierto? ¿No tiene lugar el concierto en suelo público? ¿No se paga ya este concierto con el dinero de todos los alhameños? Pregunto.

Si estos comentarios y quejas me han llegado a mí, que no soy más que un vecino, aunque algo de política local entiendo y en ella estoy, digo yo que le habrán llegado a los organizadores.

Todas estas realidades tienen una difícil defensa, incluso legal… y lo único que hicieron fue enfadar a gran parte de los alhameños y quienes vinieron a divertirse con nosotros desde otros municipios y comunidades, además generaron escenas tan tristes como las que a día de hoy corren en vídeos por grupos de Facebook y Whatsapp, en los que se ve como el grupo Despistaos ya ha empezado el concierto, mientras que el aforo está a mitad o menos, a la espera de que los guardias den el visto bueno e impongan su criterio a los asistentes que esperaban en la fila.

No hemos visto a ningún responsable local dar cuenta de este desaguisado, y como en otras ocasiones esperan a que el problema vaya pasando porque simplemente no se hable de él. Pero el problema está en que los problemas cuando no se hablan se enquistan, como las heridas que no se curan bien, y es que al final, va a parecer que los mayos, es decir, los muñecos que protagonizan escenas increíbles para criticar la realidad, somos nosotros.

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