Es una obligación ser conscientes de todos los antecedentes cuando hablamos de cualquier conflicto, y esto no es ni de lejos una tarea fácil. Cuando en clase explicamos eventos como la Primera Guerra Mundial hay alumnos que se remontan varios siglos, otros que me hablan del colonialismo y otros que me hablan de cosas tan cercanas como el cambio de ruta que llevó al carruaje del Archiduque de Sarajevo a la puerta del café donde Gavrilo Princip se lamentaba por no haber conseguido matar al archiduque, contra quien atentaría y mataría minutos después, al ver que este se encontraba allí mismo, iniciándose así este conflicto global.
Hablar de los participantes y del juego de alianzas tampoco es tarea fácil llegado este punto, no obstante, todos los alumnos suelen coincidir “Menos mal que no fuimos a la guerra”, al calor de otros comentarios como “No estábamos nosotros para tirar cohetes” o “No se nos había perdido nada allí”. Me fascinan estos comentarios y más aún si los comparamos con la actualidad, me pregunto, ¿qué se nos ha perdido en Ucrania?
Dejar claro desde un primer momento que el conflicto armado no es sino otra carta que se juega en política, es un desastre, desde mi punto de vista es lo peor, pero no es descartable lamentablemente. Pero si lo analizamos fríamente en este asunto lejos de tener nosotros ningún interés en que ganen unos u otros, estamos apoyando directamente a EEUU, que ha “resurgido” de sus cenizas con el progresista Biden, y está dispuesto a iniciar las tensiones que se consiguieron abandonar allá por los años 90, con el fin de la Guerra Fría.
Como miembros de la OTAN la decisión más inteligente habría sido la de Portugal o Alemania, quienes han decidido no participar activamente en el conflicto, más aún si tenemos en cuenta que el conflicto que podría tener España más cercano es con Marruecos por motivos territoriales, como se han notado tensiones estos últimos años, y en ese caso Biden se mantendría completamente al margen como guiño a su amigo y cliente noteafricano…
Pero es que nuestra participación no está teniendo ni siquiera visibilidad internacional, dado que España se ha quedado fuera de la War Room, y Sánchez no es contactado como líder de autoridad en el conflicto, a pesar de haber puesto a disposición de la OTAN hasta tres navíos, varios aviones y docenas de hombres y mujeres, con sus respectivos riesgos.
En definitiva, estoy muy orgulloso de nuestras fuerzas armadas, forman parte de un ejército moderno, formado y bien equipado, es una pena que tengan que marchar a frentes de guerras ajenas y arriesgar la vida por el ego de algunos gobernantes y de nuestros supuestos “aliados”, en lugar de permanecer donde de verdad son necesarios.
Anhela la guerra quien no la conoce.
Si (
No(
