La pandemia ha incrementado la preocupación y la ocupación por la salud emocional y mental. Ha ayudado a derribar muros y mitos en torno a la terapia y la consulta con el psicólogo. Un cambio de chip que se ha dado especialmente en los jóvenes aunque a la consulta de Elisabeth Alcón en el Centro Polivalente QJ (Rambla Don Diego, 4) acuden pacientes de todas las edades.
Hasta no hace mucho asistir a psicoterapia era visto como algo tabú y negativo, pues se atribuía al psicólogo el tratamiento de las personas "locas", pero es "el médico del alma". Pero ha habido un cambio de visión del psicoterapeuta especialmente entre los jóvenes que son los que más reclaman acudir a la consulta algo que va calando, añade Alcón, a los adultos.
"En la pandemia nos hemos visto todos demasiado vulnerables. El no tener vías de escape nos ha hecho reaccionar", reflexiona Alcón quien percibe un aumento notable de los pacientes que acuden a su despacho.
Alcón asegura que hay luz al final del túnel, porque se aprende: "Es como el cuento con moraleja. Después de lo malo, hay un aprendizaje. Hemos aprendido a pedir ayuda, conocerse, saber hasta dónde podemos llegar y por supuesto con la ayuda profesional, hay esperanza".
Con los pacientes más jóvenes Alcón trabaja técnicas de estudio, desarrollo emocional, problemas de comportamientos y psicoterapia con los padres.
Con los adolescentes también se trabaja en talleres de habilidades sociales, problemas de conducta, adicciones y autoestima. Un trabajo que se realiza también en conjunto con las familias.
Con los adultos, los problemas de ansiedad, depresión, terapia de pareja, procesos de duelos y trastornos son las especialidades de Alcón.
En la consulta de Alcón se abordan diferentes problemáticas que, por ejemplo, en niños o adolescentes requieren la implicación de los padres porque en la familia hay una disfunción que provoca el problema por el que acude el hijo o la hija a la consulta. Alcón explica que la primera impresión de los progenitores es de sorpresa, pero en muchos casos la implicación para poner solución y trabajar en ella es casi inmediata.
Pero, en este tipo de procesos, cada persona tiene su momento y su tiempo de adaptación. De hecho, la determinación y la valentía de los pacientes para sanarse es un ingrediente crucial para no caer en el abandono de la terapia.
Alcón reconoce que son pocos los pacientes que han dejado el tratamiento, pero tendrán que hacer frente a esos problemas en el futuro "porque de lo que se trata es de sanar las heridas. Puede doler un poco, según qué personas, pero la satisfacción es enorme y el poder verlo yo ya ni te cuento".
Al final de la entrevista, Elisabeth Alcón ofrece unos consejos y recomendaciones para mantener en forma la Salud Mental durante el verano antes de volver a la rutina después de las vacaciones.
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