El otro día, uno de los amigos y personajes que pululan por mi Facebook me dijo que parecía que el Partido Socialista había renunciado completamente a la Región de Murcia y que actuaba en consonancia. No era la primera vez que yo leía u oía esa frase, pero la verdad es que hacía algunos años que había dejado de oírla y se me quedó enredada en una neurona. Desde luego, eso explicaría mucho. Al fin y al cabo, la Región de Murcia solo aporta 10 diputados, se puede renunciar perfectamente a ella. Eso explicaría que no hayan cambiado todavía al carbonizado Diego Conesa, la lanzada a moro muerto contra el ingeniero De la Cierva y que no se molesten en disimular la tradicional y no por ello menos demencial postura antitrasvasista del partido socialista.
Sin embargo, lo malo de que se te enrede una neurona es que empiezas a rumiar y a encontrar lagunillas en tus ideas. Vale, eso explicaría mucho, pero no lo suficiente. ¿En qué Comunidad van a comprar la mercancía averiada de la necesidad y bondad de los indultos? Alguien habrá que lo haga, desde luego, pero no parece algo que un votante razonable del PSOE pueda defender fácilmente. Quizá los más jóvenes y los menos escrupulosos, pero uno no puede provocar tanta repugnancia en su electorado impunemente.
Sigues rumiando y llegas a la conclusión de que no es que hayan renunciado a la Región de Murcia, es que han renunciado a cualquier atisbo de coherencia, es que creen que los españoles pueden tragar cualquier cosa si se lo cuentan bien. No en balde la mitad de los asesores del gobierno son guionistas. Con un buen guión el público es capaz de ponerse de parte del asesino en serie o del traficante de drogas ¿no van a ponerse de parte de Sánchez, que encima es guapo?