Panem et circenses, con esta expresión latina ya se designaba en la Antigua Roma cómo debía distraerse al conjunto de la población, y es que desde que el ser humano se organiza en sociedades poco hemos necesitado para conformarnos, en el caso de los romanos alimentos de baja calidad y entretenimiento de los más aterrador (aprovecho aquí para comentar que los espectáculos en los “coliseos” ya estaban mal vistos en la época, Séneca fue uno de los que se opuso). En la actualidad aunque las formas han cambiado el fondo sigue siendo bastante similar.
Cómo era de grande mi sorpresa al darme cuenta de que esta mañana, una de las grandes noticias que “llenaban” nuestras medios de “información” era que el ex vicepresidente Pablo Iglesias se había cortado la coleta. Y con esto no quiero sonar frívolo ni ser un moralista, yo mismo he comentado la imagen con mis colegas y hemos hablado del final de una era, por supuesto. Pero de ahí a hacer un especial, hablar de imagen de poder, de símbolos de resistencia y realizar un recorrido por su carrera política… por un momento parecía que se había muerto, siendo tan solo una coleta, un trozo de pelo vaya.
Lejos de las primeras planas han quedado aspectos que nos afectan mucho más a la gran masa trabajadora de nuestro país, aspectos como la brutal subida en el recibo de la luz han sido eclipsadas por un mechón de pelo, y no voy a negar que la pobreza capilar está bastante extendida, pero ni de lejos supone tantas muertes y penurias como la pobreza energética; pero claro, nada de enfrentarse a las eléctricas que marcan los precios. Que Más Madrid haya votado a favor de conceder la medalla de honor a Ana Botella, recordemos íntimamente ligada con la venta de vivienda social a fondos buitres, “ya tal” como diría Rajoy. Y ya de los fiascos del PSOE a la hora de plantear un peaje para unas autopistas más que pagadas o el aprobar la emisión de la tauromaquia en la televisión pública (declarándose ellos animalistas) pues ni te cuento.
Pero es que eso de informar ya no a la perfección, sino medianamente bien, a la población ya no se lleva, ahora lo que se lleva es criticar, juzgar y sentenciar, eso sí, solo por fuera, los pensamientos y los planes de futuro son pa los entendíos, para el resto pan y circo.