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Cosas de la derecha

Al principio la izquierda fue abandonando cosas de poca importancia. El nombre del país, la bandera, el himno, los peinados con laca, los polos Lacoste y los jerseys sobre los hombros fueron quedando arrinconados como “cosas de derechas”. Una vez adquirida esa costumbre, fue cogiendo velocidad

Marga Estrada | Jueves 06 de mayo de 2021


Al principio la izquierda fue abandonando cosas de poca importancia. El nombre del país, la bandera, el himno, los peinados con laca, los polos Lacoste y los jerseys sobre los hombros fueron quedando arrinconados como “cosas de derechas”. Una vez adquirida esa costumbre, fue cogiendo velocidad.

Al poco abandonó el centralismo, que todo el mundo sabe que es una cosa es claramente de derechas. Por supuesto, las empresas siempre habían sido de derechas. Casarse, tener hijos, altamente sospechoso de derecha. ¿Empeñarse en educarlos? Derecha peligrosa. Comer carne. De derechas. ¿La agricultura? ¿Construir casas? Actividades claramente de derechas. El transporte ¿Camiones? De derechas. Tener coche, hacer la declaración conjunta, bajar al bar. ¿La hostelería? De derechas

La caza, los toros. De derechas. El ejército, las fuerzas de seguridad. ¿De verdad se lo plantea alguien? Obviamente pedir seguridad en las calles o garantizarla no puede ser otra cosa que derecha. ¿La iglesia? Derecha peligrosa. ¿No usar la terminación en “e” o por lo menos desdoblar los géneros cada vez que se usaría un masculino genérico? Claramente derechismo. ¿Preguntar por los resultados de las políticas sociales en lugar de por sus cuantías?, derecha otra vez, ¿pretender terminar la vacunación de los docentes a los que se les ha puesto Astrazeneca? Derechismo. ¿Buscar la colaboración de las empresas en momentos de emergencia? ¿Se puede ser más de derechas?

Los exámenes y las multas son de derechas, como también lo son los fachalecos, las viviendas de segunda residencia, las leyes, especialmente las electorales, los jueces de carrera y las reválidas que puedan pretender estandarizar el nivel educativo entre colegios o comunidades. De derechas es la presunción de inocencia, y la monarquía, las confirmaciones, el tabaco y el deporte. Derecha flagrante las muñecas peponas y los balones de fútbol, los perros de raza, las cooperativas de enseñanza, y hasta los arruís.

Cada vez resulta más difícil e incómodo creerse “de izquierdas”. La lista de requisitos que hay que cumplir para no ser demonizado es tan larga, da tanta pereza, que casi mejor se prepara uno una oposición.

Mientras, nuestro gobierno, en su esfuerzo y trabajo de izquierdas, pretende eliminar la desgravación de las declaraciones de la renta conjuntas para “empoderar a la mujer”, cobrar peajes en todas las carreteras para “proteger el medio ambiente”, subir el esfuerzo fiscal de las empresas para “favorecer la recuperación económica”, eliminar gradualmente el Trasvase “para luchar contra la desertización del Sureste” y seguir obstaculizando el desarrollo del Corredor Mediterráneo “para favorecer la vertebración de España”.

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