Siempre me ha resultado profundamente interesante que, las personas a las que nos gusta la democracia, hacemos la jornada de reflexión el día después de las elecciones, a “toro pasao” como podríamos decir, y es que estos resultados del 4M ya se plantearon de una forma poco acertada tanto por la izquierda como por la derecha.
Pero desde muchos ángulos podemos preguntarnos ¿qué ha pasado? Si vemos la oferta de la izquierda era casi total, nadie de izquierdas podía verse no representado en tres partidos que se repartían bastante bien a los votantes, electorado por otra parte que es mayoritariamente de clase trabajadora (en Madrid la proporción sería de 1 a 7, a nivel económico), y por otra parte el gobierno anterior de Ayuso (centroderecha, PP-Cs) llevó en 2020 a Madrid a ser, durante varias semanas consecutivas, el epicentro de la pandemia a nivel europeo.
Bueno si empezamos por la izquierda la clave de su derrota ha residido en varios factores, por una parte el claro elitismo y desconexión con las preocupaciones de la clase trabajadora madrileña, pecado que no ha cometido el grupo antes liderado por Pablo Iglesias. Por otra parte estaría la falta de unión de grupos, esa moderna y “empoderada” Mónica García que rechazaba ir en las elecciones con UP… Bueno, nos llevan también a donde estamos hoy en día. Y para finalizar tenemos el doble y triste tirabuzón realizado por el PSOE, al principio de la campaña dice que jamás pactaría con los partidos de izquierdas, mientras que a las dos semanas se presentan de la mano. Parece que los “socialistas” no han entendido todavía que esto de hacer desplantes entre la izquierda debe ir terminando…
Por su parte la derecha ha sabido aprovechar muy bien esta desorganización y patuscazos clásicos de la izquierda, además no ha tenido que derrotar a una oposición ni mucho menos feroz. Por su parte en el PP les ha valido con que no apareciese en ningún acto Pablo Casasdo, que parece espantar a diestra y siniestra, y la actitud triunfal de Ayuso con sus incongruentes y descabelladas propuestas (muera quien muera en Madrid se cena fuera) ha marcado toda la campaña, además han aprovechado al máximo ese voto de Cs que se desintegra. Finalmente la ultraderecha ha crecido levemente, eclipsada por la figura todopoderosa de Isabel en la derecha. Triunfa el libertinaje y el descontrol del PP de Madrid, con una escena que vimos ayer casi perfecta, en una sede pagada con dinero de la corrupción madrileña, con espectáculos musicales (ilegales durante el estado de alarma) y grandes tumultos de gente, al grito de libertad, aunque más bien se refieren al libertinaje.
Finalmente decirle a los madrileños y a los españoles que triunfa la democracia, porque no hay más en unas elecciones. La Comunidad de Madrid tiene la gestión y el gobierno que ha elegido, el que quiere, aunque no os engaño si os digo que ni de lejos es el que se merece.