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La falacia del costo hundido

Para evitar incurrir en los costes de este tipo de errores, se hace necesario entrenar en la aceptación de la pérdida. Frases clásicas para hacerlo son “una mata que no ha echado” o “más se perdió en Cuba” o la dolorosa y simple decisión de “hasta aquí”

Marga Estrada | Jueves 18 de marzo de 2021


Un costo hundido es, en economía, un gasto que ya se ha realizado, una oportunidad que ya se ha perdido o una inversión de tiempo y recursos que no son recuperables.

El ser humano tiende, de manera natural, a ser lastrado por estos costes hundidos en su toma de decisiones, aferrándose a proyectos que sabe fallidos o que le costarán mucho más de lo que le merecería la pena “para no perder lo gastado”. En la penúltima crisis lo vimos en aquellos que, cuando las hipotecas subían mucho más de lo que podían pagar razonablemente por pisos que ya no valían lo que habían costado, se negaban a vender por menos porque “no iban a perder dinero”.

Para evitar incurrir en los costes de este tipo de errores, se hace necesario entrenar en la aceptación de la pérdida. Frases clásicas para hacerlo son “una mata que no ha echado” o “más se perdió en Cuba” o la dolorosa y simple decisión de “hasta aquí”.

Estos días se rumorea que la empresa que trabajaba en la construcción del pabellón del Praico (la segunda, que la primera ya lo hizo) ha renunciado a seguir con esas obras porque ha descubierto que los cimientos proyectados para el mismo no son adecuados al tipo de terreno y que sería necesario un presupuesto más alto para poder llevar a cabo el proyecto.

El pabellón ha pasado de haberse planteado como algo gratuito para el pueblo, donado por una empresa, a costar 1,2 millones de euros, a ampliarse su coste por el micropilotaje y la asunción de “mejoras en la fachada” a 1.400.000 a, supuestamente, no poderse ejecutar por ese precio y tener que volver a aumentar el presupuesto destinado.

Es verdad que la decisión del cambio de lugar del instituto de Valle de Leiva tiene un coste hundido inmenso para nuestro pueblo en retrasos y costes asociados, pero aún puede ser peor. Como suele decir mi padre y es posible que comprobemos “cualquier finca es susceptible de mejora hasta la completa ruina del propietario”.

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