Los hechos acontecidos el pasado sábado a raíz de un incidente en el marco de unas confirmaciones ha levantado un gran revuelo en el municipio de Alhama de Murcia. A raíz de unos desafortunados sucesos relativos a la presencia de los líderes socialistas, Diego Conesa y Mariola Guevara en la Iglesia de San Lázaro durante la confirmación de sus hijos, puesto que, de acuerdo con el comunicado inicial de prensa, el recinto superó el aforo permitido a raíz de las medidas excepcionales adoptadas por las Comunidad Autónoma ante la Tercera Ola de Covid-19.
Desde los partidos de la oposición, principalmente Partido Popular y Vox, no se perdió la oportunidad de pedir las cabezas de los mencionados, tanto desde las cúpulas municipales como autonómicas, así como la aparición en redes de un alto cargo de los populares, oriundo de Murcia, por supuesto, aprovechando el avispero para debilitar la posición del líder de los socialistas murcianos. Como contramedida a estos ataques al costado, desde el PSOE se optó por emitir un comunicado, casi a la par que Conesa pedía perdón y justificaba que en todo momento se había respetado el protocolo, en el entraba en el tablero de juego la Policía Local de Alhama, concretamente se hacía un llamamiento al comisario para que explicase la extrañeza de ciertos hechos.
En medio de este avispero político, a parecer de un servidor más teatral que real, tanto de parte de los demandantes como de los demandados, comenzó a caldearse el ambiente en las redes sociales. Desde conversaciones individuales hasta grupos de “debate” ciudadano cada uno tomó bando e hizo todo lo posible por hacer prevalecer sus ideas, con el puntual respaldo de algún líder político que azuzaba más el fuego con un comentario amable desde la comodidad de una casa con la calefacción a 30º que hiciese sentir esos soldados de infantería de bata y alpargatas desgastadas parte de la revolución que pondría fin a sus desgracias, entre ellas la traición de un gobierno miserable que les había abandonado cuando más les necesitaba.
Desde mi óptica de sujeto paciente, inalterable ante esta guerra sucia entre partidos que solo buscan mantener un sistema turnista adaptado a los nuevos tiempos gracias al voto fácil de aquellos pobres diablos que necesitan un blanco sobre el que proyectar su desconfianza ante un sistema caduco que no ha hecho más que darles la espalda desde el día en que pisaron esta tierra ingrata, no podía sino tratar de encontrar refugio en el remanso de paz que otorga la escritura de esta ventana abierta a los pensamientos de un individuo que no forma parte de ninguna formación, aunque seguro que los mamporreros de aquellos partidos que cantan el peán carlista de «Dios, Patria, Rey» me colgaran el San Benito del radicalismo social-comunista con el que una líder municipal equiparaba a la Sra. Guevara, demostrado un desconocimiento supino de lo que significa Socialismo.
Para aquellos/as valientes que hayan tenido la audacia de llegar a estas líneas finales, además de mi gratitud, permítanme darles un consejo. No se conviertan en la carne de cañón de los partidos, ustedes tienen todo el poder en sus votos, dejándose engañar bajo el amparo del deber patrio. A la patria se la honra destinando dinero al progreso y al bienestar, no enriqueciendo a aquellos a los que les queda grande la palabra Democracia.