Inició la lucha antes de que la pandemia fuera la protagonista del año y no está sola. Mª Dolores Ayala Chacón estudia en Murcia, pero no puede subir al Cercanías porque no hay una plataforma que le ayude a subir al vagón.
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Por ello, recoge firmas para que hagan accesible el transporte público. Ya van más de 5.000 firmas que no han estado exentas de dificultades, como las que se encontraron en la estación de Murcia, donde les dijeron que no podían recoger firmas en el andén donde los pasajeros esperan al convoy.
Esta joven alhameña necesita de una plataforma que le ayude a solventar el paso del andén al vagón y a pesar de que algunos convoys cuentan con la plataforma adaptada para sillas de ruedas, no es suficiente si no existe otra en la estación.
En la de Murcia, existe una grúa de Atendo, que sería ideal para todas las estaciones de tren. Sin embargo, como es el caso de Alhama, no existe.
No parece tampoco que haya buena predisposición por parte de Renfe y Adif para adaptar las instalaciones a personas con movilidad reducida. Las respuestas a las reclamaciones interpuestas son insuficientes y no solucionan el problema, lo perpetúan.
Así, Mª Dolores y su madre han tenido que hacer casi encaje de bolillos para poder desplazarse a Murcia a estudiar. En Alhama, tuvieron que pagar a dos personas para que subieran y bajaran la silla del vagón. En Murcia dos personas voluntarias estuvieron un tiempo ayudándolas. Pero el problema persiste.