«Parturient montes, nascetur ridiculus mus» (Parirán los montes y darán a luz un ridículo ratón)
De todos es sabida la delicada situación que viene atravesando el sector hostelero en España desde el pasado mes de marzo. No era ningún secreto que sabíendose como se sabía que al aire libre la posibilidad de contagio del dichoso virus era menor, si se quería apoyar a bares y restaurantes desde instancias municipales era necesario y urgente que se aprobase una modificación temporal de la ordenanza de terrazas que les permitiese ampliarlas, colocarlas donde no las había y, en cierta forma, capear o amortiguar los daños que los confinamientos les están produciendo.
Tan obvia y urgente era la necesidad, que la mayor parte de los municipios la acometieron de inmediato, ampliándose las terrazas pocos días después de que comenzaran a aliviarse las restricciones del primer estado de alarma.
Eso ocurrió, claro, en la mayor parte de los municipios, pero no en Alhama, donde sus concejales de gobierno se fueron de vacaciones en marzo y se hubieran dado 2020 como año sabático si no fuera por los constantes esfuerzos de la oposición para que hagan su trabajo.
Igual que se presentaron en su momento planes de reactivación económica por parte de todos los grupos de la oposición (planes que el equipo de gobierno no se molestó en hacer ni considerar, y que, a la hora de la verdad, fueron recortados completamente para llegar al menos a un acuerdo “de mínimos” del que inmediatamente se apropió el equipo de gobierno y que les está proporcionando fotos todas las semanas), se requirió ya en mayo al equipo de gobierno que se ocupara del asunto de las terrazas a semejanza de como lo estaban haciendo los municipios cercanos.
Obviamente, nuestro equipo de gobierno, que nunca reconoce una equivocación, primero dijo que “ya lo había hecho”, y cuando se hizo evidente el que no había hecho nada, “que estaba trabajando en ello”.
Que estaban trabajando en ello, pues que venía el Parto de los Montes, como en la fábula de Esopo, y después de seis meses trabajando en ello… las montañas temblaron, pujaron, empujaron… y al final, acuciados por una moción del Partido Popular que se negaron a discutir en un pleno ordinario, dieron a luz, en un pleno extraordinario y de repente urgente, una mezquina e insuficiente modificación de la ordenanza de terrazas que, en el mejor de los casos, si a nadie se le ocurre modificar nada de lo que han pergueñado será efectiva en Navidad. (Que oye, con un poco de suerte y si todo va bien, igual estamos ya desconfinados, lo que no sabemos es si quedará algún establecimiento que pueda abrir para entonces).