Estupidez humana

Que tras el fin del estado de alarma el virus seguiría al acecho, continuaría entre nosotros. La “nueva normalidad” no era hacer lo que nos diera la gana, tan solo se nos pedía utilizar las mascarillas, la desinfección continua de manos y la distancia social.

Pero hemos hecho todo lo contrario; fiestas, botellones, corridas de toros… nos hemos pasado las indicaciones sanitarias por los pies.

Hoy son miles de rebrotes en toda España y vamos de camino a un nuevo encierro, lo que supondrá no solo un mazazo para nuestra economía sino que desgraciadamente tendremos que volver a ver hospitales colapsados, colegios e institutos cerrados, la libre circulación por el territorio restringida y lo peor, volver al recuento diario de fallecidos. Con una media a fecha de hoy de cien contagios diarios en nuestra comunidad…

¿Qué esperábamos?

Era fácil; tan solo se nos pedía un verano tranquilo, sin ruidos y aglomeraciones, un comercio y hostelería adaptadas a la nueva situación; se nos propuso una forma de vida que nos protegía conservando nuestra propia salud y la ajena…

Quizá el problema sea que el peor virus que nos acecha es la estupidez humana.