Los reyes de España, Felipe VI y doña Leticia Ortiz, siguen con su gira Española, cual estrellas de algún reality televisivo, compartiendo espacios, fotos y más de alguna portada con su pueblo, además de haber estrenado su nuevo coche oficial, que nos ha costado al estado español la cantidad de 550.000 euros. Todo por un afán de protagonismo desmedido intentando blanquear su imagen ante la realidad aplastante que genera la impunidad con la que vivió durante años la Familia Real Española, aquella que nos vendían como ejemplarizante.
Mientras, el gestor de la fortuna de Juan Carlos I, Rey emérito, declara ante el fiscal de Ginebra. Se investiga si el Rey emérito no ha pagado al fisco español, si se ordenó a la Zarzuela o casa del entonces Rey crear una estructura para ocultar dinero en Suiza, sin pagar los impuestos correspondientes en nuestro país, ese que entre todos nosotros intentamos mantener en pie nos caiga lo que nos caiga.
Amigas, amantes, queridas son ahora la nueva normalidad de la Casa Real.
No voy a entrar en monarquías o repúblicas, que bien podría, y para ello me sobran argumentos para mandar a trabajar como buen español a esta corte de vividores natos.
No, a mí lo que me sorprende es la piel tan fina que tenemos algunos cuando hablamos de ciertas normalidades, que ya me explicarán ustedes como se defiende todo esto.
Saquemos las banderitas, hagamos una gira por España, aplausos y vítores…
Sigamos generando más gastos públicos (pagamos todos nosotros); sigamos rindiendo pleitesía para que la "Edad Media" continúe como forma de gobierno.
Todo muy normal; ya solo nos falta volver al Terraplanismo.