Como era de esperar este sábado nos hemos encontrado con las bochornosas imágenes en televisión y prensa de miles de “libertadores” que gritaban contra el gobierno. No seré yo jamás quien quiera eliminar la oposición al gobierno, eso se lo dejo a los que ahora claman libertad con la bandera franquista en la mano, pero sería un detalle que las críticas y las quejas estén verdaderamente fundamentadas.
Han quedado videos muy cómicos de estos episodios de caceroladas y pitos de coches, muchos de los asistentes a las manifestaciones tampoco sabían explicar muy bien el porqué de estar allí a esa hora todos juntos. No obstante, nos han dejado también escenas horribles como ambulancias que no podían pasar por la congestión del tráfico en ciudades como Madrid o Santander. Eso sí, luego que no se les olvide aplaudir a las 8 a los sanitarios.
A mí lo que más me ha extrañado también es el bus de Abascal y el resto de la pandilla, en este iban cinco personas, que no convivían en un mismo domicilio sin respetar normas ni distancia de seguridad... A cualquiera que hagamos eso nos multan, pero claro ellos son intocables. Y tras ver a toda esta turba dándose golpes en el pecho, gritando “Viva España” o insultando a quienes se paseaban con la bandera LGTB, no para de rondarme la misma pregunta, ¿quién narices le ha dado a esta gente el derecho de utilizar la bandera de todo nuestro país?
¿Con qué derecho usa Abascal, la marquesa Monasterio, o cualquier otro ignorante, la bandera de nuestro país? ¿En qué momento hemos permitido que todo esto suceda? Al contrario de lo que muchos de los que se manifestaron el sábado creen, me atrevería a decir que yo soy mucho más español que ellos. Los verdaderos patriotas somos quienes durante esta pandemia hemos mantenido las medidas de seguridad, seguido las indicaciones de los expertos, del gobierno y de las fuerzas de seguridad. En definitiva todos aquellos que hemos rechazado formar parte del rebaño que VOX ha
conducido a las grandes (y patéticas) concentraciones en barrios como el de Salamanca.
Por suerte los datos de participación han sido ridículos, debido a que el espacio que ocupamos cuando conducimos un vehículo es muy superior al que representamos.
Muchos españoles se privaron el sábado de coger el coche para evitar ser confundidos con uno de los descerebrados que, no sabiendo muy bien por qué, salieron a la calle a gritar contra Sánchez y “el coletas”.
Y es que la España de estos individuos es muy pobre, tan solo consta de himno y de bandera, como diría Anguita, vuestra patria cabe en una caja de zapatos. Me hubiese encantado veros defendiendo la sanidad, la educación, los servicios públicos, y muchas otras prestaciones que nos quitaron los que ahora defendéis, pero sé que es pediros algo imposible.