El Berro ha disfrutado de una jornada dominical de auténtica fiesta. El duodécimo Encuentro de Cuadrillas ha congregado a primera hora de la mañana a un buen número de vecinos y cuadrilleros en torno al chocolate y el café de olla.
Acompañados por unos buenos bizcochos caseros, las cuadrillas han comenzado a calentar los instrumentos y afinar las voces al tiempo que los primeros espontáneos se echaban unos bailes que no serían los últimos.
Tras un estupendo desayuno, las cuadrillas han encaminado sus pasos hasta la ermita para asistir a la misa que ha sido oficiada por el padre Alfonso, berreño de nacimiento que ha pasado más de 60 años de misionero en Brasil.
Es por ello que ha reconocido sus dificultades para oficiar una misa en castellano, dado el tiempo que ha pasado oficiándolas en portugués.
No iba a ser una Eucaristía al uso y así ha sido. A propósito de la parábola del buen samaritano, don Alfonso no ha dejado de interpelar a los fieles no solamente en la enseñanza del Evangelio sino también en la práctica de los valores cristianos.
No cabe duda que la misa oficiada este año por el padre Alfonso ha dejado huella entre los presentes.
De hecho, las cuadrillas le han dedicado unos trovos al finalizar el oficio.