Medio Ambiente

VIDEO: La Sima del Vapor y la predicción de los terremotos

(Foto: Almazán).

El Museo de Los Baños ha acogido una charla sobre las investigaciones que están realizando la Universidad de Almería y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en el corazón de la falla de Alhama

Viernes 25 de mayo de 2018


Podríamos estar a un paso de poder anticiparnos a los terremotos. Al menos ese es el objetivo de una de las investigaciones que se están realizando en la Sima del Vapor, en pleno corazón de la falla de Alhama y ese ha sido el título de la conferencia ofrecida ayer por el geólogo del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Raúl Pérez, y el profesor de Biología y Geología de la Universidad de Almería, Ángel Fernández.

El Museo de Los Baños acogió la conferencia sobre los avances en ambas investigaciones, que si bien diferentes, comparten conocimientos y resultados. Así lo explica Ángel Fernández en esta entrevista en la que destaca que no solamente podrían anticipar los seísmos, si se halla un patrón en las mediciones del IGME sino que también podríamos averiguar cómo afectan o influyen los gases de efecto invernadero que el subsuelo produce en el cambio climático.

La predicción de los terremotos aún está lejos de poder ser una realidad inmediata. A pesar de los estudios que el IGME está realizando aún se necesita más tiempo y el registro de diferentes tipos de seísmos en nuestra zona para establecer un patrón que permita su anticipación.

La base de esa anticipación sería hallar un patrón en los cambios de temperatura y concentración de gases en esta falla activa de Alhama de Murcia que se están analizando en la Sima del Vapor.

Por otra parte, el trabajo del profesor de la Universidad de Almería se centra en el estudio de la producción de gases de efecto invernadero en nuestro subsuelo. Las características del terreno, en Alhama, la hacen el objeto de estudio perfecto para saber cómo la propia tierra produce dioxido de carbono y metano, y si éstos influyen en el cambio climático.

Eso sí, se trata de gases invernadero que no son producidos por la acción del hombre, que son los que se vienen estudiando en general. Bajo nuestros pies también se producen estos gases, de manera natural, gracias a la existencia de las llamadas cuevas hipogénicas y habituales en nuestra zona.


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