Serán necesarios entre 10 y 15 años para recuperar la vegetación y la fauna que albergaba la duna de la playa de Cala de Calnegre y Cabo Cope. Ése es el tiempo que Miguel Ángel Cánovas, vecino de Alhama y activista medioambiental, calcula que será necesario para que el paraje recupere su riqueza natural.
Cánovas y su esposa son asuduos visitantes de la zona destrozada. Recientemente han llevado a cabo en Alhama varios actos para poner de manifiesto la importancia que los insectos tienen en nuestro ecosistema. Ambos denunciaron la roturación ilegal de la duna a principios de mes. Días más tarde, la Consejería de Medio Ambiente informó de que había procedido a realizar trabajos para recuperar ese espacio natural.
Antes del destrozo, la zona estaba perfectamente delimitada por troncos clavados en la arena. Además, diversos carteles informaban del valor medioambiental y señalaban que no estaba permitido acceder al lugar. "Ahora han colocado carteles de 'prohibido el paso' similares a los que había antes y que no impidieron el paso a los tractores que arrasaron la duna", critica Cánovas.
La Consejería ha procedido a la plantación de más de 350 plantones de varias especies presentes en la zona, fundamentalmente cuernecillo de mar (Lotus creticus) y azucena de mar (Pancratium maritimum). Estos ejemplares tienen ahora que enraizar y crecer en ese difícil ecosistema. Testigos de si lo consiguen o no son los restos de plantas que había en esa misma zona, que fueron arracadas y que ahora se secan al sol en una ladera de rocas.
Los trabajos de restauración se han llevado a cabo "gracias a que se han hecho eco los medios de comunicación del destrozo. La Unión Europea ha tirado de las orejas a la Región y ordenado que lo repueble", asegura Cánovas. De hecho, según informa la propia Consejería, las playas de Calnegre se incluyen dentro del Parque Regional Calnegre y Cabo Cope, y forma parte también de la Red Natura 2000 al haber sido designado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC). La vegetación afectada formaba parte de varios hábitat de interés comunitario, principalmente de tipo dunar y de arenales.
Hasta hace unas semanas, unos palos clavados en la arena delimitaban el acceso a la playa. Tras el destrozo, algunos palos algunos desaparecieron; como las dunas, que ha dejado su espacio a una playa 'labrada'.
De momento, ya se ha recuperado un cartel explicativo y de advertencia en la zona, parecido al que existía antes de la roturación ilegal y que explicaba las características de la flora y la fauna de las dunas. También advertía de que no se podía pisar y que había que respetar ese espacio natural. Entonces no sirvió de mucho. El tiempo dirá si el que ahora le sustituye será suficiente para dar una oportunidad a los plantones que hoy luchan por enraizar y prosperar en la zona.