Cada año, este proyecto se reinventa y, aun así, mantiene intacta su esencia: crear un espacio donde las emociones, las ideas y la creatividad de sus participantes encuentren un lugar propio.
En esta ocasión, los usuarios y usuarias del Centro Municipal de Atención Psicosocial han compartido trabajos que reflejan su mirada única del mundo: textos que conmueven, ilustraciones llenas de intención y reflexiones que nos invitan a detenernos un momento.
Detrás de cada página hay un equipo profesional y un voluntariado que acompaña, orienta y sostiene este proceso con dedicación admirable. Su labor diaria es clave para que este proyecto siga creciendo después de tantos años.
Mi reconocimiento más sincero para Isabel Campos, cuya constancia y pasión hacen posible que Zangamanga siga avanzando, sumando nuevas miradas y motivaciones edición tras edición.
Estas 64 páginas son, en definitiva, el resultado de un proyecto valiente, sincero y profundamente necesario, que no habla de salud mental, sino que enseña salud mental.
Enhorabuena por este magnífico trabajo a todos los participantes de esta edición escrita a mano, y gracias a todas las personas que hacen que esta iniciativa continúe siendo un referente de inclusión, creatividad y bienestar para Alhama.