Después de tres horas de elaboración, desde las 9:00 a las 12:00, las morcillas han desaparecido rápidamente. Ésa ha sido la única 'queja' que ha recibido su cocinero, que para su preparación ha contado con la colaboración de ayudantes como Genaro (atador de morcillas) y 'El Ñoño' (donante de la leña).
El próximo año, Diego Mula se plantea elaborar 10 kilos más y llegar hasta los 80, es decir, unas 800 morcillas. La opción, hacerlas un poco menos buenas para que sobre alguna, la descarta por completo.
Más allá de si han sobrado o faltado morcillas, lo importante es todos se han llevado un buen sabor de boca porque vecinos y visitantes han disfrutado de un gran ambiente esta mañana en el atrio de la Ermita del Barrio, donde se han elaborado este típico producto de nuestra gastronomía.