La escritora afirma que es "muy respetuosa" con la Iglesia "a pesar de no ser creyente, pero sí practicamente", como expresa en su poema 'Mi credo'. Pero advierte de que no le gusta "el silencio cómplice de quien no defiende lo que defendió Cristo". Y afirma que "un cura que se calla" no la representa "porque Cristo no se calló, porque Cristo fue un hombre valiente que dijo lo que tuvo que decir".
En cambio, sí se siente representada por Santiago Agrelo, ex arzobispo de Tánger, el cura Joaquín o el arzobispo Francisco José Prieto porque alzan sus voces contra la injusticia. "Ellos son los representantes de Cristo en la Tierra", asegura.
Para que "se acabe ya de una santa vez el racismo", hoy Magdalena Sánchez Blesa recita un capítulo de Mateo en el Nuevo Testamento.