La historia es bien sencilla: María Cánovas paralizó las obras de la plaza de la Constitución nada más llegar al poder, a las que iba destinado ese dinero. Un proyecto que estaba aprobado por los técnicos municipales y regionales, licitado, adjudicado y a punto de comenzar.
La reforma, que no le iba a costar ni un solo euro a los alhameños. Tenía que haber estado terminada a principios del año pasado, pero como no ha sido así por el capricho de la sra. Cánovas, ahora el Ayuntamiento sólo tiene hasta finales de octubre de este año para hacerlas. Un reto prácticamente imposible de cumplir que obligaría a devolver la subvención.
Encima, la exregidora del PP se permite el lujo de echar la culpa al actual Gobierno local.
Incalificable.