Fue más que una cena. Los alhameños que compartieron mesa y mantel el pasado sábado por noche en el salón de Panadería de Carreño no sólo cenaron, también contribuyeron a dar una segunda oportunidad a personas que "por diversas razones hemos cometido errores en la vida y queremos salir adelante". Así lo explicó uno de los reclusos que se han beneficiado de la labor que realizan los voluntarios de ONG en Paz con la colaboración de socios de diversos lugares de España, entre ellos, de nuestro municipio. Pavel es un estudiante polaco que acabó entre rejas en nuestro país. Durante su estancia en prisión ha aprovechado para estudiar Filología Inglesa y ahora, ya en libertad, continúa con su carrera universitaria. Al mismo tiempo trabaja en una empresa farmacéutica y empieza a ver su futuro con esperanza. "De no tener nada, ahora vivo en un piso, tengo un medio de transporte y puedo realizarme en la vida", explicó Pavel a los asistentes a la cena de ONG en Paz.
Antes que el, otro recluso, un joven dominicano llamado Julio César, explicó que se encuentra cumpliendo condena. Ya disfruta del tercer grado. Primero fueron dos o tres días de libertad. Ahora, cuando el juez ha dejado su caso en manos de la junta de la cárcel, los periodos de libertad son de hasta seis días, que puede disfrutar gracias a que la ONG en Paz le avala y le da la oportunidad de quedarse en uno de sus pisos de Madrid durante los días que sale de prisión.
Por su parte, Mauricio, otro preso, agradeció a los voluntarios de la ONG el trato cercano y "familiar" que le ofrecieron, muy alejado del que hasta entonces recibía por parte de los funcionarios. "El trato que se me dio en su día en la ONG fue de cercanía y libertad, que es lo que se necesita para ir cogiendo confianza y retornar a la sociedad", explicó. No obstante, reconoció que había entrado en la cárcel por la comisión de un delito y que en prisión se busca "resarcir el daño que se hizo".
Pedro Moreno y Ana Sánchez, responsables de la ONG en Paz y "visitadores de prisiones", quisieron que las personas asistentes a la cena del pasado sábado conocieran de primera mano la labor que realizan. Cedieron la palabra a personas que están tratando de rehacer sus vidas y reincorporarse a la sociedad tras cumplir sus penas en la cárcel. "Nuestro proyecto es importante porque creo que todos merecemos una segunda oportunidad", señaló Ana Sánchez.