Ataviadas como hace décadas, cuando las mujeres acudían a trabajar a los almacenes de la uva, Las Chicas del Poyetón han recreado una mañana de trabajo. Allí estaba el señor Pascual, tratando de poner orden. Juanito, montando cajas de madera y pasando el botijo cuando hacía falta. Y, por su puesto, las trabajadoras en medio de un constante parloteo capaz de desesperar a un encargado incapaz de poner orden para que la mercancía estuviera preparada a tiempo.
Y entre discusión y regañinas, Las Chicas del Poyetón han recordado canciones de otra época, esas mismas que se cantaban mientras trabajaban en los almacenes. Hoy, algunos vecinos que iban al mercado han podido recordar aquellas vivencias y otros han descubierto cómo era el día a día de sus abuelas o madres no hace tanto tiempo.