Ha sufrido enfermedades muy graves; sabe lo valioso que es el tiempo y lo importante que es emplearlo de manera constructiva.
No es rencorosa ni discrimina a nadie. Y está dispuesta a socorrer a quien lo necesite o ayudarle a buscar amparo.
Me presento por si alguien de repente no supiese de mí, cosa que entiendo.
Me gusta madrugar, seguramente porque empiezo a soñar cuando despierto.
Miedos tengo los justos, los del día. Mañana tendré el miedo de mañana.
Me gusta recordarme que me quiero, al menos, siete veces por semana.
Me he equivocado... Uf, ya perdí la cuenta; de qué si no aprendí a decir lo siento...