Fue entonces cuando comenzaron las ausencias por parte de Sibina, que se marchó una semana completa sin que nadie supiera dónde estaba. Otras veces, tampoco respondía a las llamadas teléfónicas o rechazaba reunirse con la alcaldesa. Era una situación "nada seria para el cargo que uno obstenta", ha explicado.
Para intentar buscar una solución, Cánovas trató de que intercediera Isabel Cava, número dos de Alhama@Una y anterior cargo de confianza de la propia alcaldesa. "No sé si ella intentó mediar o no lo intentó, pero la última reunión que tuve con Sibina, decidimos salir andando por el pueblo para intentar calmar un poco los ánimos. Y a lo que me enfrenté fue a gritos y malas formas en plena calle. Me dijo que yo tenía prohibido hablar con Isabel Cava y una serie de actitudes que ni entendí ni puedo acatar porque nadie puede prohibir nada a nadie", ha narrado la alcaldesa este lunes.
Por otro lardo, sobre la denuncia de Sibina de que María Cánovas ocultó a los concejales información determinante antes de la votación en uno de los últimos Plenos, la alcaldesa ha explicado que recibió esa documentación quince minutos antes del inicio de la sesión. Y ha asegurado que informó a los concejales a través de un whatsapp para mantener una reunión después del Pleno.
En ese encuentro estuvieron los concejales de Vox, pero Sibina no acudió. Además, asegura la alcaldesa, el documento al que se refiere el edil de Alhama@Una no era decisivo.