Pero a todo ello hay que añadirle la falta de mantenimiento y dejadez de este colegio. Mientras María Cánovas y el concejal de Educación, Daniel Ruano, tienen la desfachatez de presumir de las mejoras implantadas en este centro, no se atreven a informar de toda la realidad, ya que seguramente se les caería la cara de vergüenza.
Actualmente se cuenta con 4-5 aulas con los aires acondicionados rotos; se sigue con el tejado de amianto, un producto recordemos, cancerígeno, y que sigue sin contar con prioridad para ser reemplazado cuanto antes por parte de la Consejería. Además, pese a haber construido un comedor escolar más que necesario (eso sí, con muchísimo retraso y tras la insistencia de años y años de la comunidad escolar).
Recordemos de nuevo: hay amianto, falta de refrigeración y, más importante todavía, se niega la escolaridad adaptada y adecuada a un alumno con necesidades educativas especiales, algo básico y fundamental, recogido incluso en nuestra constitución, en su artículo 27.1: "a nadie se le puede negar el derecho a la educación".
Saquen ustedes sus conclusiones. Al Partido Popular de María Cánovas y López Miras, les importa poco o nada la educación pública. Eso sí, habrá que darse un paseo por los colegios privados y algunos concertados de nuestra Región, a ver si la situación es igual de grave... Hagan sus apuestas.