Las dudas sobre el tiempo meteorológico han obligado a la Santa a permanecer en las inmediaciones de la sede de los azules. Ha sido un Domingo de Resurrección de desilución y frustración que los más jóvenes de la Hermandad han tratado de combatir del música y alegría.
Por un lado, los componentes de la agrupación musical han hecho sonar sus instrumentos con entusiasmo. Y por otra parte, los portapasos han hecho bailar a la Santa en su trono con más ímpetu si cabe que en otras ocasiones, elevando la imagen al cielo con la esperanza de espantar con su fe a las nubes en la próxima Semana Santa.