Antonio García tiene suerte de que yo no mande nada en el Partido Popular. Si por mi fuera, ya estaría denunciado por sus calumnias públicas sobre el proceso de elección de presidente local de ese partido.
Puedo dar fe, puesto que me ha tocado seguirlo de cerca, de que el Congreso Local Popular cuya clausura fue el pasado sábado 11 de diciembre se ha llevado con una higiene escrupulosa que ya quisieran los socialistas, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, fue pillado con una urna llena antes de que comenzara a recogerse el voto en el famoso Comité Nacional del PSOE de 2016, estafa a los militantes que unos meses después sería convenientemente olvidada.
María Cánovas fue elegida ya portavoz del grupo municipal por votación unánime entre sus compañeros concejales al principio de la legislatura municipal. Había entrado en el partido con muchas ganas de trabajar, pero es que además de su trabajo, durante los meses que precedieron a esas elecciones dio sobradas muestras de una inteligencia preclara y de habilidad y costumbre de gestionar equipos y generar buen ambiente, algo que siempre es de agradecer. Eficiencia, amabilidad y una voz clara y directa acostumbrada a hablar en público. Como para dejarla escapar.
Después de dos años y medio de portavocía y de presidir interinamente el partido, las voces internas para que se presentara a la presidencia en el congreso local eran elocuentes también. Sus méritos, incluso en tiempos de máxima exigencia personal y familiar como han sido un embarazo y la crianza de dos bebés, han sido percibidos por todos dentro del partido. Al congreso acudieron afiliados de todas las épocas y sensibilidades del partido y todos le dieron su beneplácito.
Para los que entienden de estas cosas, no se ha buscado a nadie para afiliarlo al partido a última hora para contar con un voto más ni se ha buscado a nadie para que se pusiera al día de cuotas y se inscribiese al congreso. Los que lo han hecho lo han hecho de forma voluntaria y no se ha puesto la menor dificultad a ninguno. Todos los afiliados tenían los datos desde el principio del proceso y cualquiera de ellos podría haberse presentado como candidato al congreso.
No se registró ninguna otra candidatura, ni siquiera un amago de ella. Probablemente porque los congresos se ganan antes, mucho antes, dando el callo estando donde se debe estar y trabajando cuando se debe trabajar.
No. Fernando López Miras no nombró presidente del partido local a María Cánovas. Fernando podría haberla nombrado presidenta de una gestora, como hizo en un principio de la legislatura, pero no tiene poder para nombrar a nadie presidente del partido. Ese poder es de los afiliados, que fueron los que eligieron a María presidente el sábado. Por aclamación.
Lo demás, pura excrecencia de miedo socialista ante un Partido Popular unido.