Cuando era pequeña, mi abuelo Jaime solía hacerme un jueguecillo de esos que se hacen para mosquear niños. Me agarraba la mano, tanto más fuerte cuanto más intentaba yo soltarme y me la sacudía diciendo “¡Suelta, mono, suelta!”, como si fuera yo la que le estuviera agarrando a él. Cuando fui más grande disfruté del juego de intentar soltarme durante los zarandeos, pero antes recuerdo ser bastante pequeña y enfadarme. Como un mono.
Desconozco si es un juego que se le hace normalmente a los niños o si era algo suyo particular. Esa situación en la que el que se queja es el que provoca el problema, sin embargo, sí que la sufrimos todos muchas veces, tantas, que parece que se ha convertido en la estrategia oficial del partido socialista ante cualquier problema existente o sobrevenido.
Frente al Mar Menor ¡Suelta, mono, suelta!, y mientras, impedimos la recirculación de los efluentes de la Rambla del Albujón y la hacemos que la Confederación, en lugar de solucionar, genere todos los problemas que pueda.
Con el nuevo IES Valle de Leiva ¡Suelta, mono, suelta!, y mientras, cambiamos el sitio donde ya había un proyecto hecho preparado para ejecutarse por uno que sabemos que no reúne las características adecuadas y cuya adecuación retenemos durante años.
Con las Urgencias del Centro de Salud, ¡Suelta, mono, suelta!, y mientras, no cedemos el espacio municipal necesario para la ampliación, decimos que ya lo cedimos hace mucho tiempo, mentimos sobre el tema, etc.
Con la RM 515, ¡Suelta, mono, suelta!, y mientras, firmamos un convenio con la Comunidad Autónoma que luego retenemos injustificadamente, evitamos dotar presupuestariamente y alargamos los plazos todo lo posible para intentar evitar que se pueda realizar aprovechando que hay una partida en los presupuestos regionales de 2021.
En fin. Que estos son los casos más flagrantes e injustificables de los que atañen a Alhama (El del Mar Menor algo le tocará cuando la alcaldesa se va a Los Alcázares a hacerse fotos con la ministra), pero que hay más, que se han hecho ya hábito, un modus operandi habitual. Calle un momento, escuche con atención y oirá claramente ; “¡Suelta, mono, suelta!”.