¿Qué sentido tiene que Pedro Sánchez firme la ILP sobre el Mar Menor cuando él tiene la potestad de llevar este asunto o cualquier otro que decida a Consejo de Ministros con su sola firma? Probablemente la misma que las reclamaciones de Mariola sobre la RM-515 mientras retiene el convenio que posibilitaría la licitación de la obra.
Una vez que uno encuentra las pruebas y se convence de que existe gente así y gente que no es capaz de ver que los que tiene al lado son así, se hace difícil no ver los esquemas básicos que subyacen en la mayor parte de las maniobras publicitarias del partido socialista a lo ancho y largo de la geografía española, pero especialmente aquí en Murcia, que al fin y al cabo, es lo que conocemos y nos duele.
No debería sorprendernos. Hicieron lo mismo con la construcción del nuevo Valle de Leiva, que retrasaron todo lo que pudieron y que estará acabado probablemente antes que el famoso pabellón que tanto dinero innecesario va a costar a las arcas municipales.
Es siempre curioso verlos encabezar manifestaciones pidiendo lo que ellos retienen con una firma. Uno siempre se pregunta si, si los que se manifiestan a su lado supieran realmente lo que pasa, se revolverían y les morderían (figuradamente), o si lo saben y son cómplices gozosos y necesarios de esos tejemanejes.
En mi casa se suele decir que no hay que achacar a la malicia lo que puede achacarse a la ignorancia o la incapacidad, y es verdad que los recovecos de los procedimientos públicos son farragosos para la opinión pública, a la que las leyes suelen darle casi tanta alergia como las matemáticas, pero aún así, se hace difícil de creer que muchos no lo sepan, no lo averigüen.
Mientras la población despierta, Mariola sigue haciendo videos y declaraciones, intentando mantener sus mentiras, dejándose a jirones los restos de ese disfraz de “Mariola es buena” que le sirvió para ganar las últimas elecciones. ¿Hasta cuando? Pues hasta que quiera usted.