Con esta legendaria frase se burlaba el ex ministro de economía Rodrigo Rato (PP) cuando se le consultaba en el congreso de los diputados por las condenas de corrupción y por todo el dinero que habíamos perdido todos los españoles con aquel timo de las cajas de ahorro durante el gobierno de Aznar.
Si bien parece una frase sacada de una película de gangster y mafias (que cada uno saque sus conclusiones), estas cuatro palabras llegan a reflejar el nivel de conformismo y la actitud pasota en la que muchos españoles en alguna ocasión nos hemos acomodado ante las continuas hostias que se nos pega cualquier día de semana.
Es más fácil tragar con todo, parece que no, pero sí lo es, lo difícil de verdad en esta vida es alzar la voz, en cualquier tema del que hablemos, maltratos, violencias, abusos, etc. Lo fácil es ser el que no replica, siempre recuerdo la frase de mi yaya, que la posguerra y el hambre le habían grabado a fuego, me decía “Hijo tú oír, ver y callar”. Tenían miedo, tenemos miedo.
No obstante vemos como en ocasiones parece que estos golpes cogen demasiada inercia, e impactan sobre nosotros, la clase trabajadora que mueve este país con demasiada fuerza. Y me gustaría poner dos ejemplos:
El primer ejemplo sería a nivel nacional, uno claramente estudiado estos últimos meses, como es el precio de la luz. Fíjese si ha sido fuerte este golpe que incluso el PP, y su gran confianza en el mercado (como decía el señor Rato), ha llegado a pedir que el gobierno haga algo con el precio, aunque saben de sobra que es un mercado privado y poco se puede hacer. Habría estado genial NO privatizar Endesa, como hicieron tanto Felipe González (PSOE) como el ya citado Aznar, dado que ahora tendríamos un mercado público de luz que podría competir con la monopolista oferta privada, pero el destino y el mercado han querido que no sea así, una pena. Mientras tanto ahora el gobierno de España estudia la forma de controlar un precio desmesurado por algo tan básico como es la luz, aunque si preguntamos a cualquier persona del PP, incluido al mismo Rato, nos dirá que si no podemos pagarla que no lloremos, total, es el mercado, amigos.
El segundo ejemplo, y uno de los más claros de estos sinsentidos que tenemos que soportar, es el inminente corte de la línea C2 de cercanías que conecta Murcia con Lorca, y que dejará aislada completamente a Alhama durante un mínimo de 3 años, muy probablemente serán más, y que tendrá lugar el próximo 20 de noviembre. Esta vez la bofetada viene del anterior gabinete del ministerio de transportes, capitaneado por otro vividor de envergadura como era Ábalos (PSOE), que ahora le ha pasado el testigo a Raquel Sánchez, ministra que ni siquiera se ha dignado a dar señales de vida ante las peticiones de muchos murcianos de explicaciones por el corte.
La reflexión de esta semana es sencilla, ¿hasta cuándo seguiremos tragando?