Colaboraciones

Políticos sin Raza

A otros no les auguro más futuro que repartir morcillas a cambio de que los ciudadanos firmen propuestas absurdas venidas de Madrid, ni están ni se les espera

José Luis Aledo Martínez | Miércoles 09 de junio de 2021


A pesar de que la angustia poco a poco llega a su fin gracias al inexorable avance de la vacunación, de la cual somos testigos los jóvenes por nuestros padre y abuelos, aquellos que tenemos la suerte de aún conservar a uno de estos últimos, no puede uno sino sentirse cuanto menos avergonzado, por no decir hastiado, de nuestra clase política.

Si bien es cierto que tal anuncio puede causar cierta alegría entre aquellos lectores que, con todo su derecho, no se sienten representados por nuestro gobierno nacional, sobre el cual me abstendré de hacer valoraciones, puesto que me provoca un manifiesto rechazo el descaro con el que ciertos políticos regionales (¡así como sus acólitos!) justifican toda acción, aunque sea perjudicial para nuestra tierra, bajo el amparo de hacer la Cruzada contra Pedro Sánchez, sirviéndose de un maquiavelismo de tres al cuarto, me gustaría aclarar que lo aquí escrito irá en todo momento referido a Alhama de Murcia. Dicho esto, que cada cual sea libre de seguir leyendo.

Conviene hacer una aclaración en relación con el polémico título que he dado a estas palabras, concretamente a un término que brilla por su ausencia en nuestros plenos municipales: «Político de Raza», en contraposición al «Político de Medio Pelo», chusco término que a aquellos adolecen de alopecia franciscana les hará poca gracia. La diferencia entre la primera clasificación, para la que a voz de pronto solo me viene a la mente un barón del Partido Popular procedente de tierras lejanas, y la segunda, que me recuerda a un concejalucho que gusta avivar las disensiones entre alhameños dando me gusta a post en Facebook del tipo: «Cosas de Rojos», es que unos, a pesar de tener actuaciones cuestionables en ciertos aspectos del arte de la política, saben estar a las alturas de las circunstancias, mientras que otros, a los que no les auguro más futuro que repartir morcillas a cambio de que los ciudadanos firmen propuestas absurdas venidas de Madrid, ni están ni se les espera.

No obstante, y en un alarde de parcialidad, también hay que tener en cuenta que a los que les toca gobernar en estos momentos tampoco generan demasiada confianza, actuaciones de corte yanqui a lo alto de un tractor defendiendo un trasvase, que unos y otros saben que no tiene rentabilidad de futuro, no ayudan demasiado. Por ello no es de extrañar que cuando uno va a un bar a tomar algo se palpe en el ambiente, y más concretamente en los fumaderos, donde por alguna razón nos sale esa fraternidad castellana de la que hablaba Unamuno, un malestar con el gobierno municipal, en el que, aún habiendo miembros capaces, se perciben ciertos visos de putrefacción que no se disimulan ni con grandes titulares acerca del orgullo de los jóvenes graduados ni con visitas al mercado los martes.

La suerte que tienen ambas partes, y que me disculpen el resto de partidos por haberlos subsumido en dos grandes bloques, que no necesariamente se corresponden con el espectro de fuerzas políticas de izquierda y derecha que tienen representación en nuestro municipio, al menos a día de hoy, es que la primera línea de cada formación no se mancha las manos en diatribas de Facebook, red social que gusta mucho a nuestros políticos, quizá por no estar familiarizados con Twitter, para hacer propaganda chusquera, ya que para tales menesteres tienen a sus testaferros, algunos de los cuales tendrían más futuro en la primera línea de la política, ya que su elocuencia supera con creces a la media del resto. Otros, sin embargo, solamente devuelven el favor a quienes les han puesto bajo su patronato.

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