Tengo la costumbre de verme los plenos. Como tengo un par de zagales y no tengo con quien dejarlos, los veo por internet, pero los veo, y en la intimidad de mi hogar puedo gritarle a la pantalla o poner la cara que quiera. El caso es que luego me acuerdo, sobre todo cuando ha pasado tan poco tiempo como desde el pleno de mayo.
¿Se acuerda alguien más del amigo Felipe, el señor concejal, diciendo que José Otón se inventaba lo de que el gobierno central quisiera requisar el superávit de los ayuntamientos? Yo sí, probablemente porque, como cualquiera que lo conozca sabe, José Otón no es una persona que invente precisamente, y aquello me tocó especialmente las narices.
Hace unos días salía la noticia de que el Partido Socialista, con la abstención de Izquierda Unida, y forzando la votación de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) con el voto de calidad del presidente, aprobaba que se dedicase el remanente de los municipios saneados a adelantar financiación al Gobierno Central que ya él distribuirá, comprometiéndose, con todo el valor que tiene la palabra de Pedro Sánchez, a devolverlo “en diez años”.
Política Ficción decía Juan Romero que era esto cuando presentaron la moción de mayo avisando de lo que se pretendía hacer y como nos afectaba a los alhameños. Felipe decía que la oposición pretendía hacer como si estuviéramos en “uno de esos países sudamericanos”, entiendo que refiriéndose a Venezuela.
Mi marido, el concejal José Otón, tiene muchas cualidades, pero la adivinación no es una de ellas. El gobierno central ya había mandado varios globos sonda sobre sus intenciones para con el superávit de los Ayuntamientos, pero en el pleno de mayo el partido socialista prefirió, como suele, directamente mentir. Las realidades que no les convienen no existen, y si hay que inventar o ridiculizar a quien sea, se hace sin empacho.
Dos meses han bastado para que las noticias den y quiten razones.
Si (
No(
