Esta mañana he querido arrancar la mañana con un buen café y unos ricos buñuelos de Deisy y estas eran las vistas de la cafetería del Centro Social de Mayores de La Cubana. Un gesto sencillo, cotidiano, de los que forman parte de la vida de muchas personas mayores de nuestro municipio. Nuestros mayores acuden allí a diario a desayunar, a comer y a compartir tiempo. Merecen algo mejor. Merecen que las cosas importantes se atiendan con prioridad.
Sin embargo, la realidad de la cafetería es preocupante. Goteras que siguen sin solucionarse, instalaciones en mal estado y unas condiciones de trabajo claramente mejorables para las personas que están al frente del servicio. Todo ello ofrece, además, una imagen muy negativa de un espacio que debería ser cómodo, digno y cuidado.
Si ayer la cafetería tuvo que permanecer cerrada, quizá era el momento de actuar, de arreglar, de buscar soluciones o alternativas. No hacerlo transmite una sensación de dejadez que no debería tener cabida en un centro destinado precisamente a quienes más respeto y atención merecen.
Del tema del vandalismo que han vivido las mujeres de San Lázaro en su belén en los bajos del mismo sitio, y del que todavía no han tenido respuesta por parte de ningún concejal, hablaré otro día.
Cuidar estos espacios es cuidar a las personas. Y eso, al final, debería ser una prioridad incuestionable.