Ni uno solo de sus actuales 57 años los ha pasado en prisión cumpliendo la sentencia por estafa a la que fue condenada en 2015 en Ceuta ni ingresará ahora en la cárcel tras haber sido encontrada culpable de un delito similar por la Audiencia Provincial de Murcia. De hecho, ni siquiera llegó a ser juzgada el pasado 2 de octubre, cuando estaba previsto que rindiera cuentas ante el juez por haberse apropiado con engaños de 61.500 euros de un hombre que padece diversos problemas psiquicos.
No se celebró el jucio porque al inicio de la vista oral, el fiscal 'precisó' su escrito de acusación para solicitar una pena de un año y nueve meses de prisión. Tras el cambio, la acusada se declaró conforme con la petición del Ministerio Público y su abogado solicitó la suspensión de la ejecución de la pena. Para ello, la procesada, de la que no consta su solvencia, se comprometió a devolver los 61.500 euros que estafó a su víctima a razón de 1.281 euros al mes durante los próximos cuatro años.
Sólo ingresará en prisión si delinque en algún momento de esos cuatro años o no abona alguna mensualidad en los quince primeros días de cada mes.
La estafa que cometió en 2011 y por la que fue condenada en Ceuta en 2015 es un antecedente que no impide suspender esta nueva condena porque no es computable, indican los magistrados de la Audiencia Provincial
Whisky escocés de una empresa argentina
La estafa por la que ha sido condenada ahora esta alhameña de 57 años tuvo lugar en julio de 2012. En esa época su víctima aún no había sido declarado incapaz para gobernarse por sí mismo y para administrar sus bienes. No ocurrió hasta dos años más tarde, en marzo de 2014, cuando un juez determinó que el hombre padecía transtorno delirante, trastorno mixto de la personalidad, trastorno mayor cronificado, trastorno de control de los impulsos y trastorno de ansiedad generalizada. No obstante, se indica en la sentencia, "si bien tiene capacidad para comprender estos hechos no tiene capacidad de actuar con arreglo a dicha comprensión".
Un hermano de esta persona ejerce ahora como su tutor. Sin embargo, no era así hace seis años, cuando fue objeto de "un plan preconcebido y con evidente ánimo de beneficio económico" por parte de la ahora condenada. Esta mujer, vecina de Alhama, continúa la sentencia, se puso en contacto con su víctima, que residía en Murcia. La mujer le explicó que era responsable de una empresa argentina dedicada a la venta de bebidas alcohólicas y le propuso un negocio. Le ofreció participar en la compra de ocho contenedores de whisky escocés que se encontraban en el puerto de Barcelona.
A la víctima le pareció un buen negocio y dio 20.000 euros a la estafadora. La entrega del dinero tuvo lugar en la estación de ferrocarril en El Carmen. Sólo fue la primera, porque luego la mujer le solicitó más dinero. La segunda vez le dijo que era para pagar los precintos de las botellas. La víctima "para no perder lo invertido acepta solicitar un crédito mediante contrato de hipoteca cambiaria sobre la vivienda de sus padres sita en Torreaguera". Firmó la escritura a principios de 2013 y le entregó 12.000 euros a la mujer. Una de las condiciones de la hipoteca era que en caso de impago ascendería a 44.660 euros.
Éstos sólo fueron los primeros 32.000 euros porque la mujer seguía sin cumplir lo pactado y continuaba requiriendo más dinero. De hecho, el hombre realizó tres entregas de 2.000 euros y otra de 14.000 euros, "llegando incluso a financiar la supuesta compra de un vehículo entregándole otros 7.000 euros y finalmente dos entregas de 1.000 y 1.500 euros", explican los magistrados en su sentencia.
Y por si fuera poco, la acusada utilizó el correo electrónico y la clave de su víctima para solicitar varios préstamos con diferentes empresas por cuantías pequeñas.
Todo está recogido en la sentencia como hechos probados. La procesada se ha mostrado de acuerdo con la acusación, pero no ingresará en la cárcel a no ser que delinca en los próximos cuatro años o si en ese tiempo no devuelve el dinero a su víctima a razón de 1.281 euros al mes, aunque no haya constancia de que la mujer sea solvente.