Ana Montalbán Arques se confiesa como una niña muy curiosa. De pequeña veía, como muchas otras generaciones, la serie 'Érase una vez el cuerpo humano' y le pareció que el interior del organismo era apasionante.
Afirma que tuvo la suerte de contar con maestros y profesores que la inspiraron y la motivaron en su Librilla natal y aunque nunca quiso salir de su casa, de su tierra, de su país, hoy escribe su página en la historia de la Ciencia desde su laboratorio de Zurich.
Desde allí atiende a Siete Días Librilla tras recibir en Berlín uno de los premios de la Fundación 'Falling Walls' por su investigación en una terapia alternativa para el cáncer de colon.
En esta parte de la entrevista nos adentramos en su faceta más personal y cómo ha sido ese camino desde Librilla, "un pueblo grande" a ojos de sus compañeros suizos, hasta la Universidad de Zurich donde poder desarrollar todo su potencial como investigadora profesional.
No pensó precisamente en el campo de la investigación para desarrollar su carrera profesional. De hecho, al terminar la carrera de Biología hizo el máster que la habilitaba para ser profesora, pero nada más terminarlo paralizaron las oposiciones.
Fue entonces cuando se planteó hacer un máster especializado en investigación y allí descubrió la microbiota, clave para el desarrollo del proyecto en el que lleva trabajando los últimos dos años y con el que ha recibido este prestigioso premio.
Estuvo en Zurich, en Londres..., pero le pudo la cabezonería y volvió a España para tratar de continuar el camino de la investigación científica. Ahora recuerda con dolor cómo tuvo que plantearse volver a hacer las maletas porque en nuestro país la investigación "no se valora".
No era la primera vez que escuchaba eso. Y así lo hizo.
Confía en que esas niñas que, como ella, quieren estudiar Biología o tienen una vocación científica no tengan que hacer el mismo camino que ella y que se puedan quedar en España investigando. Se necesitan fondos, apoyo económico y estabilidad para los investigadores para que España aproveche de una vez por todas todo el potencial que tiene en el campo científico.
Ana Montalbán está segura de que la ciencia tiene rostro de mujer. "Ya se está viendo", insiste. No cree que en este terreno haya un techo de cristal para las mujeres. En su equipo de investigación, formado por unas 25 personas, solo hay cuatro hombres.
Explica que puede que ahora, en esos cargos o puestos 'top', que tienen más visibilidad estén ocupados por hombres, pero será cuestión de pocos años en los que veremos a mujeres en esos puestos por un relevo generacional totalmente natural.
Con la misma esperanza ve un futuro mejor para las vocaciones científicas e investigadoras en nuestro país. El talento está presente, porque ya está presente. "Hay españoles en cualquier país", destaca, trabajando en proyectos de investigación que no pueden desarrollar en España.
Pero para lograr ese futuro hay que apostar por la investigación, dotar de fondos suficientes a las universidades, valorar el trabajo de los científicos y fomentar esa vocación investigadora desde edades tempranas.